El sentido del olfato está vinculado directamente al sistema límbico, responsable de emociones y memorias, lo que permite a los olores evocar recuerdos y sensaciones específicas.
Viajar al pasado simplemente por tener contacto con el perfume de un ser querido que ya no está o el inevitable olor a pan recién horneado de su panadería favorita, coquetea con nuestro apetito y paladar, ya que el 80% de lo que olfateamos es responsable de lo que comemos.
Un 50% de las imágenes que captamos tienden a olvidarse después de tres meses, y podemos recordar el 65% de los aromas que experimentamos después de un año.
Un estudio realizado por la Universidad de Rockefeller revela que a corto plazo solo recordamos el 1% de lo que tocamos, un 2% de lo que escuchamos, un 5% de lo que vemos, un 15% de lo que probamos y un 35% de lo que olfateamos.
¿Por qué funciona el Marketing Olfativo?
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OLEMOS ANTES DE NACER
Con tan solo 12 semanas en el vientre de nuestra madre, el sentido del olfato ya está completamente desarrollado. Después de este primer trimestre podemos oler lo que nuestra madre come. Este seria el comienzo de nuestras preferencias de sabor.
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ES NUESTRO SENTIDO PRINCIPAL
Una vez que nacemos nuestro mundo es el olor. Es tan dominante que incluso lo usamos inconscientemente cuando las madres usan prendas de su ropa a su bebé para calmarlos. El olfato es nuestro sentido dominante y primero durante los primeros 10 años de edad.
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ESTÁ CONECTADO CON LAS EMOCIONES
Desde niños la emoción también está completamente desarrollada, desde entonces el olfato y la emoción trabajan juntos. Esta es la razón por la que algunos de nuestros recuerdos más poderosos están vinculados al olfato, como por ejemplo visitar la casa de tus abuelos o el perfume de papá.
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El poder inevitable del olfato
Nuestro sentido del olfato es el más fuerte de los cinco sentidos, y el más ligado a la memoria y a la emoción. El 75% de todas las emociones generadas cada día se deben al olfato, y debido a esto, tenemos 100 veces más probabilidades de recordar algo que olemos sobre algo que vemos, oímos o tocamos. Dado que el nervio olfativo está directamente relacionado con la parte del cerebro que monitorea los recuerdos y las emociones, el olor afecta el estado de ánimo, la concentración, la memoria y la emoción. Las investigaciones demuestran que hay un aumento de un 40% en el estado de ánimo después de estar expuesto a olores agradables.